jueves, 10 de enero de 2008

El Brillo azul de la memoria (Pedro Victor Fernández)

EL BRILLO AZUL DE LA MEMORIA
Pedro Víctor Fernández



- “ Me parece una buena novela que mantiene la intriga hasta el final, pero cuando presenta a los personajes puede llegar a hacerse un poco pesada. Me gustó más a partir de la mitad que al principio. Las descripciones son muy buenas, aunque muy extensas y a veces se hacen demasiado largas.”
- “No me gustó que Doña Adela dirigiera y organizara tanto la vida de su hijo. Por el contrario, a Toño lo he visto como un rebelde acomodado y un poco vago, pero cuando descubrí qué le pasó en el campamento, he entendido un poco mejor su actitud. (Ferreras abusó de Toño).
- “Doña Adela es una auténtica cacique y muy sibilina, no le importa utilizar por ejemplo a Ferreras, aunque hubiera abusado de su nieto. Pero cuando ella ya no puede controlar, deja todo preparado para vengarse de Ferreras, matándolo.”
- “La clave de la novela la veo en Doña Adela”
- “He puesto caras a casi todos los personajes de mi entorno en aquélla época.”
- “Tiene un vocabulario muy rico”.
- “Es una novela matriarcal: las mujeres son las que llevan las riendas de las cosas”.
- “Descubre cómo la madre le cubrió las espaldas siempre, incluso sabía que subía al desván a leer libros prohibidos.”
- “A mí me ha gustado, me ha sabido llevar, me ha enganchado”.
- “La novela me ha resultado incómoda por la crudeza con que expone los hechos. Es muy real”.
- “Me ha llamado la atención el estraperlo. No sabía nada del enfrentamiento entre el Opus y la Falange, me ha costado leerlo.”
- “Me costó empezar a leer la novela, pero después sentía los nombres y las caras.”
- “He vivido y sufrido algo de la novela.”
- “Tiene un valor testimonial importante, aunque literariamente no tiene gran calidad, le falta la soltura del literato.”
- “ Ha empleado recursos metafóricos y literarios estupendos.”


RESUMEN

Un curtido falangista, Zacarías Mogrovejo Quintana, antiguo Gobernador Civil de su provincia, ocupa un relevante cargo en el Ministerio, controlado por miembros del Opus Dei, los mismos que atenazan por momentos su garganta. Pasado y futuro giran en una rueca de hielo... Son los últimos días del franquismo, en 1975, con el Caudillo moribundo y la expectación social caldeada.
Zacarías, el camisa vieja de ilustres apellidos, se verá envuelto en un peligroso juego de traiciones y deslealtades. Un funcionario a su cargo y el Opus, con el Vicario al frente y sus alfiles bien colocados, pretenden heredar todo el poder que Falange tuvo en la provincia.
Asesinatos, muertes premonitorias y pugnas encarnizadas en el avispero de la política, hacen que el mundo del falangista se desmorone. Ni el archivo secreto del Gobierno Civil se escapa al sabotaje de los arribistas.

A través de una trama trepidante, se recrea la atmósfera del último franquismo, su desmantelamiento, los cambios que anuncia la transición, los ecos y murmullos en provincias y el pasado que atrapa a los personajes en sus recuerdos y vivencias.

Se reflejan algunos pasajes de la novela:

- Pág. 26: “Recibió el orden de ocupar su puesto en plenas maniobras de estraperlo” -> describe cómo fue esta época del estraperlo, donde todo se vendía a escondidas.
- Pág. 31: Rosa Riesco -> hija de un profesor de veterinaria, va a ver a Zacarías para proponerle que haga la vista gorda, y su padre pueda trapichear con los productos del laboratorio.
- Pág. 37: Dionisio Ridruejo -> era un falangista, culto e inteligente, que recordaba con Zacarías a los falangistas de preguerra y se lamentaba de que el auténtico espíritu de los falangistas fue aniquilado por Franco.
- Pág. 58: Zacarías, aunque era falangista, en su tierna juventud había leído libros prohibidos, como los de Dostoievski o Pío Baroja o Machado, y luego apareció la censura y fueron prohibidos.
- Pág. 78: Luís Sandoval (gobernador en 1975) y Zacarías hablan de cómo van las cosas en 1975, y Zacarías comenta que la falange está siendo destruida por el Opus.
- Pág. 85: a Evaristo, empleado fiel del gobernador, es chantajeado por Eduardo Ferreras.
- Pág. 96: el párroco Don Joaquín Luengo tuvo un hijo con su ama.
- Pág. 134: Rosa Riesco, hablando con Zacarías sobre Ferreras en el caserón de los Quintana, ya muerta Doña Adela y buscando el archivo secreto del Gobierno Civil: “- ¡No me vengas con esas, Zacarías!. Ferreras era como todos. Trabajan por un sueldo y por las migajas que puedan apañar de nuestra mesa.”
- Pág. 137: Rosa le cuenta a Zacarías que la iglesia quería fundar una Universidad del Opus en nuestra ciudad.
- Pág. 139: Rosa hablando con Zacarías de que la Renault no está en León porque el Obispo no quería que se implantaran ramas industriales conflictivas como el metal o el automóvil.
- Pág. 152: habla de los maquis, sobre todo uno llamado Tizón, que iba por los pueblos a coger víveres para alimentarse y lo violentos que llegaron a ser.
- Pág. 211: Zacarías habla con Quini, un compañero de su hijo Toño, sobre el futuro del franquismo y de todas las diferentes ramas de partidos de izquierdas y derechas que estaban empezando a surgir y del compromiso que creían tener con la socidad.
- Pág. 274: Zacarías descubre que su madre Doña Adela, y Benito Cantalapiedra son amantes, y como manipulaban desde su puesto de caciques la vida de la provincia. “Citar, templar, mandar”, los tres verbos de la tauromaquia y de un buen político.


BIOGRAFÍA

Natural de León, doctor en Historia y Profesor de Educación Secundaria, compagina la labor docente con el trabajo de investigación histórica y el gusto por el relato y la novela. Es autor de varias monografías relacionadas con la masonería, la Segunda República y el franquismo. Irrumpe en el mundo literario con su primera novela “El triángulo del león” (Tabla Rasa, 2004). En 2006 obtiene el accésit del V Premio Hontanar de Narrativa Breve y es finalista en varios premios de relatos. En la actualidad escribe una novela ambientada en los años de la transición española.